
15 Mar ¿ESTUDIAR EL POSGRADO QUE MÁS ME GUSTA O EL QUÉ MÁS ME CONVIENE?
En la actualidad, debido a la alta oferta de programas académicos, a veces se torna difícil elegir un posgrado. Tal vez tengas estudiados algunos currículos de tu interés, pero luego te surge una nueva pregunta: ¿elijo lo que realmente me gusta o centro mis esfuerzos en aquellas opciones con mayor salida profesional? En este sentido, el que tiene la respuesta eres tu mismo y sabes que realizar un posgrado es la respuesta correcta.

En esta situación, como primera medida tendrás que priorizar tus necesidades y tener claro el por qué quieres hacer un posgrado, esto para tomar un camino que se alinee con lo que quieres lograr. Si tu idea de cursar una maestría o especialización es para escalar en el ámbito laboral, es decir, si ves oportunidades en un área en la que tal vez puedes ingresar a partir del curso de un estudio de posgrado, la decisión se basa en lo que te conviene.
En este caso, es importante que ese programa no solo sea una herramienta para que puedas explorar un nuevo camino, sino que resulte de tu agrado, pues la mayoría de veces, rendimos mejor y estudiamos con gusto cuando lo que estamos aprendiendo nos satisface y nos llena profesional y personalmente. Debes tener en cuenta que las horas que vas a dedicar a este fin y el empeño que debes poner no deben suponer un sacrificio para ti. Si no es así, lo más probable es que no logres nada, te aburras y termines retirándote, antes de culminar.
Por su parte, si lo que quieres lograr con un posgrado es explorar otro camino distinto a tu área de conocimiento profesional o cursar un estudio posgradual porque las asignaturas te llaman la atención, es parte de tus intereses y siempre has querido irte por ese camino. ¡Adelante! Un estudio de nivel superior nunca está demás, seguramente además de disfrutarlo, te puede aportar mucho a tu formación profesional. Cuando te gusta lo que haces no estás mirando el reloj cada cinco minutos, contando las horas, los días y las semanas para finalizar, sino que gozas del camino. Es una manera casi segura de tener éxito, porque te convierte en alguien meritorio y con ello se te abren las puertas, no solo en lo que quieres lograr, sino en algunas oportunidades que ni siquiera imaginaste.