Guía completa para hacer un posgrado

Guía completa para hacer un posgrado

Continuar con la educación universitaria es una de las decisiones más importantes que toman los profesionales y lo hacen para escalar en el ámbito profesional, satisfacer sus ambiciones personales o redidirigir el perfil de su carrera. El aumento de los profesionales que van en busca de un posgrado es una realidad, pues según las cifras oficiales más recientes presentadas por el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), en el 2018 se graduaron 104.436 estudiantes de posgrados en Colombia.

De esa forma, si quieres seguir o reanudar el camino de la educación superior, a través de un posgrado, esta guía es para ti:

1. Evaluar las probabilidades:
antes de encaminarte hacia un estudio de posgrado debes saber con qué tiempo y dinero cuentas para ello. Después de eso, podrás elegir el campo o área en la que quieras o necesitas profundizar. En este sentido, puedes tener en cuenta tu trabajo actual, las necesidades de las empresas en las que laboras o te gustaría laborar, tus aptitudes, competencias y expectativas. Optar por la guía que te pueden brindar en las universidades de tu interés es una buena alternativa, puesto que allí tienen la capacidad de orientarte acerca de tu próximo posgrado, por medio de auditorías o charlas informativas.

2. Seleccionar la modalidad:
hoy en día, la oferta universitaria brinda programas presenciales, virtuales, a distancia y la alternancia. De ese modo, es necesario saber cómo funciona y cuáles son las exigencias de cada uno. Esto, con el objetivo de determinar qué tipo de posgrado se adapta más a tus dispocisiones personales y económicas. La mayor parte de los programas presenciales exige la asistencia a un 90% de las clases, aunque, de acuerdo con la institución, eso puede variar.
Por otro lado, los posgrados virtuales tienen métodos distintos en cuanto a la asistencia y evaluación de los estudiantes. Por lo general, los profesionales pueden asistir a clases desde cualquier lugar con acceso a internet, además cuentan con fexibilidad en los horarios para acceder a los contenidos académicos que deben revisar. Por su parte, la semipresencialidad que se ha impuesto, desde el último año y medio, debido a la pandemia generada por la covid-19 combina la asistencia presencial y en línea.

3. El alma máter:
después de decidir el área en la que te gustaría profundizar, saber con qué recuros cuentas y tener clara la modalidad, es hora de elegir la institución a la que quieres asistir. Para ello, toma en cuenta las líneas académicas que guían el proceso de formación, el pénsum, los docentes, las exigencias de grado, el costo y las facilidades de pago. En este caso, lo importante es que todo se acomode a tu presupesto, tu estilo de vida y sobre todo, a tus ambiciones profesionales y expectativas académicas.

4. La fase de admisión:
cuando tengas claro el posgrado y la universidad, deberás acudir a la institución elegida para saber cuál es el paso a seguir. Algunas universidades abren programas anuales y semestrales, este es un punto importante, si quieres comenzar el próximo semestre o te toca esperar un poco más. Además del calendario de inicio, averigua cuáles son los requisitos de ingreso, como pruebas de conocimiento o dominio mínimo de un segundo idioma, hoja de vida, carta de interés, calificaciones del pregrado, etc.

5. Costos económicos y facilidades de pago:
uno de los factores primordiales a la hora de cursar un programa de posgrado es tener en cuenta el costo económico y la forma de pago. El costo varía de acuerdo con el nivel del programa, es decir si es una especialización, maestría o doctorado, además de la modalidad (virual o presencial) y si la universidad es pública o privada. Cada institución cuenta con diversas alternativas de pago, si las necesitas pregunta por ellas, en el departamento financiero y contable de la universidad que eligiste. De igual forma, puedes averiguar acerca de las becas que otorga Colciencias, los diferentes tipos de créditos estudiantiles que tiene Icetex, los préstamos educativos, o por qué no, los créditos dispuestos para este fin, en las cooperativas de empleados con tasas de interés favorables o cajas de compensación.